Capítulo 32 –Prisioneradeldestino. No muy lejos de la isla las cruces, sobre aquellas enturbiadas aguas, un enorme navío de velas oscuras se hallaba. Era el barco pirata más temido en aquellos días, el navío del despiadado pirata William Drake. Este apuesto y malvado pirata, junto al borde de su más preciado tesoro (su barco) mantenía la mirada fija en el mar, pensando en ella, en aquella a la que una vez prometió proteger, en la que una vez amó, por la que lo hubiese dado todo, por la que se convirtió en lo que era ahora. Ya no había nada que pudiese salvarlo de aquella oscuridad, había cometido demasiados crímenes para ser salvado, lo sabía. Pero a pesar de todo, en lo más profundo de su corazón, aún la amaba, aunque intentase extirpar lo que quedaba de ella cada día, a&ua
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