6. Mi vida con Michi. "La reina de la calle" (4° Parte).
—Buenas tardes, Ale —le dijo.Doña Alejandra, al oírla desde su porche, solo pensó para sus adentros Ahí va otra vez, dio un suspiro, volteó hacia Eugenia, que se acercaba a la reja, y contestó:—¡Buenas tardes, comadre!—Ale, vi a la gatita que tiene tu hija con un grupo de gatos —le informó su vecina.—¡N’hombre! —repuso la mamá de Cheli, haciendo un ademán a manera de negación—, si casi no sale de la casa, comadre.—¡Es en serio, Ale! No dude de mí, comadre. Los gatos con los que se junta son unos revoltosos, a cada rato vienen a hacer mugrero a mi casa.—Pues habrá que verlo, comadre; habrá que verlo —contestó doña Alejandra, al tiempo que volteaba hacia su casa—. Comadre, ya casi empieza mi novela de las 3, ¡me tengo que ir!
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