Aunque me doliera tanto, aunque tuviera miedo, aunque no obtuve de la vida todo que deseé, comprendí que podía reinventarme a mí misma, porque era libre y podía ser lo que se me ocurriera ser. Entendí que esa paz y esa tranquilidad que tanto anhelaba, era imposible de alcanzar porque el hecho de amar como yo amaba no lo permitiría jamás. Adal vino a revolucionar mi mundo y su presencia en mi vida marcó un antes y un después. Tenía todas las cualidades que me hicieron conocer el amor: su carisma, su pasión, su forma de ver la vida, esa magia que me hizo amar el mundo de la actuación y que me ayudó a salir adelante. Pero no era el hombre indicado para mí, como tantas veces me lo recalcó. Sin embargo, lo necesité para poder abrir los ojos, para entender que ese era el verdadero amor, la alegría, la nostalgia eterna de la separación. Eso era mi amor por &e
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