Ella nunca pensó que algo así podría suceder, nunca pensó que un hombre como William se atrevería a besarla y mucho menos se fijaría en ella, no entendía en que momento él pensó en traspasar esos límites de jefe empleada, no entendía porque lo hizo realmente, ella no era nada en comparación a las mujeres con las que seguramente estaba acostumbrado, no tenía la figura perfecta, el rosto alineado o los ojos claros, era solo era una muchacha de cabello castaño que no pasaba del metro sesenta y cinco, con un senos pequeños y naturales. Cada vez que había la oportunidad de que ellos se encontraban, Mariam buscaba cualquier excusa para alejarse de él, parecía una niña pequeña huyendo, pero no se sentía capaz de enfrentarlo y que seguramente le dijera que era un error, una tontería. Por otro lado, &eacut
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