(Epílogo) Mateo miró fijamente a Diana con una expresión embrujada. No podía creer que nadie pudiera cambiar tanto. Por cierto, todo a su alrededor había cambiado y estaba al revés. Al exterminar con Gandor, se convirtió en un héroe con derecho a todos los honores y glorias, incluidas las visitas al castillo del rey Alleor. Fue invitado a todas las fiestas, pero tuvo que asistir a ellas solo, porque las hijas se negaron a salir a hablar con él, ya que sabían la verdad sobre Brisa y el hecho de que se mantuvo alejado. Y ahora, Diana... ¡No me mires así! Ya sabes, Mateo, he sido muy egoísta toda mi vida. Inútil, esnob y una madre terrible. Tengo que confesar que aprendí mucho de esta chica, esta Brisa. Ni siquiera con un tercio de mi belleza podría hacer algo bueno, mientra
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