(Capítulo 3) ¡La “recepción” ha hecho que la bruja “sensibilizada”! Tan pronto como atravesaron las inmensas puertas, la gente huyó, descaradamente, ocultando sus rostros para no mirarlos. Actitudes que solo le sirvieron para sentirse más poderosa y dominante en ese lugar. En la habitación frente a la cama de la chica, la bruja, con una agilidad y habilidad aterradoras, pasó a hacer su trabajo. De esa enorme bolsa, tomó pociones, tés, hierbas, y mientras medicaba al niño, hablaba suavemente, como si hiciera algún tipo de oración, haciendo que la criada Gertrudis se asustara aún más. Especialmente cuando pidió encender muchas velas alrededor de la cama, colocando piedras alrededor de su cuerpo y encima, en algunos puntos como el corazón
Leer más