BRENINAntón olfatea cada milimetro de piso frente a nosotros, desviándose de vez en cuando o retomando las rutas que seguía anteriormente.Llevamos horas en lo mismo, sin descanso ni distracciones. Diría que por el tono oscuro del cielo ya es casi medianoche, por lo tanto hemos estado al menos unas cinco o seis horas olfateando la tierra.Intentamos dar con algún indicio o leve rastro del olor de nuestra pelirroja, pero no hemos tenido suerte. Aunque, ¿cómo podríamos?, si la teletransportaron fuera de nuestro alcance, por lo tanto no hay rastro para seguir.–Esto no está funcionando –le digo a mi lobo, pero me ignora como todas las veces que se lo he dicho–. No tenemos ningún rastro de ella, quizás debamos utilizar otro método.–¿Sí? ¿Cuál? –pregunta cambiando nuevamente el rumbo de su caminada sin despegar la nariz del suelo.–Oh no lo sé –respondo sarcástico–. ¿Mi magia quizás?Detiene su andar de un momento a otro y alza la cabeza mirando fijamente a la nada.–¿Qué sucede? –pregun
Leer más