Despierto gracias a unas coquillas en mi nuca, intento rascarme, pero me topo con una mano conocida en mi camino, Daniel. Intento ignorarlo dándome la vuelta, dándole la espalda. —Me duele la cabeza— explico, odio despertar con dolor de cabeza, me pone de mal humor y me pongo insoportable. —Apaga la luz.— Siento la ausencia de su peso en la cama, pero justo después de que la luz se apaga, su presencia junto a mí regresa. —¿Puedo quedarme aquí?— recorre mi espina dorsal con su dedo, su acción me relaja tanto.—¿Y Beth?— no tenemos una habitación de invitados, las dos están ocupadas con nuestras cosas.—Durmiendo en mi habitación, mañana iremos a buscarle un departamento cerca de la empresa. Ni de broma se puede quedar aquí, ¿te imaginas el alboroto de todos?—¿Un vampiro en la manada Luna Negra? Todos pensarían que somos unos traidores y que tramamos algo raro— susurro adormilada, me duele escucharme hablar. —La primera
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