Con lo que le queda de fuerza me arroja por la ventana, salgo volando, los vampiros de ambos pasillos se acercan queriendo detener mi trayectoria, pero atravieso el cristal, pequeños fragmentos de vidrio se clavan en mi piel y me causan heridas pequeñas, en ningún momento dejo de ver a los ojos a Armand, los cuales pasan de rojo carmín a grises, me sonríe y esa simple acción hace que se generen grietas en sus mejillas y pequeños pedazos de él comienzan a caer al suelo. El viento que entra por la ventana que rompí con el cuerpo y empieza a llevárselo, desprendiendo pedazos de él que se vuelven polvo antes de caer al suelo. Caigo al piso, mi mirada esta fija en el cielo, veo las nubes y el sol, escucho el canto de las aves. Me apoyo contra mis codos y me levanto, la cabeza me da vueltas. Volteo hacia dentro y veo a Elizabeth aún con la espada en su mano, en su otra mano hay cenizas, las ve fijamente, sus manos empiezan a temblar y su ojo aún sano llora sangre, cae de rodillas
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