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Todos los capítulos de JACK CALLEN: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Contraataque
Tomé su mano y le di un beso en la mejilla antes de que abrieran las puertas del ascensor. Habían palabras estancadas en mi lengua que no pude dejar salir. ¿Lo asustaría? ¿Pensaría que soy infantil? Después de todo, qué se yo de eso. Jack me hacía sentir bien. Me hacía creer que lo sé. Pero la verdad es diferente.  ¡Esta pelea está que arde y solo vamos en el tercer round! Oigo a la multitud pedir un nocaut... ¡La cosa es saber de quién! Nunca me había emocionado tanto una pelea. ¿Era realmente la pelea? ¿O mis ganas de apoyar a mi novio? sonreí como idiota al pensar en esa palabra. Me sentí parte de todo esto. De su mundo. Tanto así, que me uní a los gritos de los demás.&
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Round 5
Me arrepentí de no haber estado allí desde el primer momento. Sé que no es mi lugar, aún no sé nada de boxeo, y aquí están las personas que lo ayudan, que le enseñaron desde que era solo un niño. Pero aun así no quería dejar este puesto. Me sentía más cerca de él. Y su figura en el ring, en los reflectores, era anonadante. No podía dejar de admirar cada centímetro de él. Es increíble. El boxeo es increíble.¡Empieza el quinto round y la arena está que arde! ¿Esperamos ver un nocaut este round? Es lo más probable. En un intercambio de golpes que comenzó al instante luego de la campana, mi corazón saltó como conejo. La vibra y potencia de los golpes era completamente diferente a cuando un
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Inesperado
No lo podíamos creer, nuestras celebraciones se convertían en lamentos. ¿Cómo se pudo levantar después de eso? ¡No tenía sentido! – ¡QUÉDATE EN LA MALDITA LONA! –Grité. Olvidando por completo que tenía a mi futuro suegro a mi lado. Y si, Nolan se había levantado. Y se mostró con una sonrisa en el rostro completamente rojo por el golpe. Y sí, nadie lo podía creer. Pero no fue lo que pensamos. ¡10! ¡Suena la campana! ¡El referí da por terminada la pelea! Se levantó, pero nunca levantó los brazos consigo. Jack no podía creerlo. ¿Por qué lo hizo? Y allí estaba, mirándolo con una sonrisa. Hasta que se dio medi
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Vacaciones
Verano, días hermosos y vacaciones. ¿Qué mejor? todo parecía perfecto hasta que mi mamá entró a mi habitación mientras preparaba mis cosas. – ¿Qué haces? –preguntó, apoyada de brazos cruzados en el barandal de la puerta. – ¿Cómo que qué hago? empacar mis cosas, ya te dije que voy de vacaciones con Jack. –dije, sin quitar mis ojos de mis calzones que estaba guardado en mi bolso. – ¿Enserio pensaste que te iba a dejar ir? –su voz irónica me hizo levantar la cabeza con espanto. – ¿Es broma cierto? – ¿Irte sola con un boxeador mayor con
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Aguas turquesas
Luego de otras dos horas más de viaje por fin llegamos. Un pequeño pueblo llamado Lakeside. Bellísimo, desde que cruzamos la entrada de “bienvenidos” todo era hermoso. Entramos por un puente de madera hasta llegar una reja con portero. Nos detuvieron por unos segundos hasta que Jack dijo su nombre. Al parecer era un lugar muy exclusivo. Nos esperaba un largo camino de tierra rodeado de flores de todos colores a los costados. El aire fresco y cielo despejado me hicieron sentir renovada. Todo parecía un sueño. –En realidad es la segunda vez que vengo. –Dijo Jack–. Es pequeño, pero así no nos van a molestar. –Es perfecto. –sonreí. Seguro está hablando de los periodistas, o de sus fanáticas locas. Ambos muy molestos. Llegamos al sector donde s
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El trío dinámico
Cuando era todo perfecto, y pensé que nada ni nadie nos podían molestar allí, aparece él. Ryan Nolan estaba en el mismo lugar vacacional que nosotros, al mismo tiempo y en el mismo sector. Con esa sonrisita entrometida que no quita nunca de su rostro. Tal vez estoy pensando más de la cuenta, quizá esté aquí trotando, pero se irá pronto. Quizá el mismo día. Sí… eso debe ser. – ¿Qué haces aquí? –preguntó Jack. Ryan abrió los brazos para mostrar su cuerpo con una sonrisa rebosante de confianza. – ¿Qué no ves? Entrenando. –Me miró unos segundos y soltó una risa–. ¿No me digas que tú estás aquí vacacionando? Está bien que hayas ganado la p
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Cena de a tres
Ya de vuelta en la cabaña, luego de una deliciosa ducha caliente, el hambre surgía, y nuestras ganas de más también. – ¿Vamos a comer? –sugirió Jack, quien con el cabello mojado me esperaba acostado en los sillones. –Vale. –Asentí varias veces con la emoción–. Ah pero, ¿No vendrá él? – ¿Qué Nolan? No creo, de seguro nos estaba molestando. Sonó el timbre y nos miramos asustados. ¿Será posible? –Debe ser alguien de recepción. –dijo Jack, tratando de calmar la situación. Se levantó del sillón y caminó a paso
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Primera noche II
Desperté con la brillante luz proveniente de la ventana. Me dolía la cabeza y la garganta. Froté mis ojos y traté de recordar lo que había pasado anoche. Pateé la manta roja que me cubría por un arrebato de calor. La habitación antes perfecta, ahora tenía nuestra ropa tirada por todas partes. Miré a mi lado, estaba Jack sin camisa durmiendo profundamente. Me volteé hacia él y acaricié su rostro con mi mano. Tenía el deje de su barba que estaba por salir. Apoyé mi cabeza en su pecho. ¿Qué fue lo que paso anoche? Recordaba que subimos hasta la cabaña, luego tomamos unas copas de vino y continuamos besándonos en el sillón… ¿Y luego? ¡¿Y luego qué?! ¡No podía recordar nada! No me digan que me emborraché con vino. Y si lo último que recuerdo es que nos besamo
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La copa de vino
–Emma… ¿Qué me diría? la duda me estaba matando. Pensé que, aunque me duela admitirlo, me sentiría mal por no recordar eso. Acarició mi rostro con su mano y sonrió. – ¿Te refieres a si lo hicimos? –preguntó. Se formó una línea recta con mis labios. Mis mejillas ardieron. Asentí levemente con la cabeza. Jack se soltó una risa contenida. Rascó su sien como si estuviese pensando–. No… no te preocupes que no pasó nada. – ¡¿Enserio?! –esa palabra salió más entusiasmada de lo que debería. Tragué saliva y traté de calmarme. –Sí, fue dif&iacut
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Ryan Nolan
Cada paso ardía. ¿Cómo me quede dormida? Esto nunca me pasa. Llegamos a su cabaña, la número 9 que de suerte estaba al lado de donde compramos los helados. –Pasa –me dijo apenas abrió la puerta. Me sentí incómoda, ¿no es raro que estemos solos? Apenas lo conozco–. Buscaré la crema. Pasa al baño a ducharte. –dijo, mientras caminaba a su habitación. –Eh… –su cabaña era casi igual a la nuestra, pero no tenía piscina enfrente, ni tampoco nuestra vista al lago. Caminé hasta el baño, perfectamente ordenado. Abrí el agua helada y me metí. Suspiré de alivio. Por dios Emma… segundo día y ya te estás quemando. Tuve que haberle hecho caso a mi mamá por el prot
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