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Todos los capítulos de La otra muerte: Capítulo 11 - Capítulo 14
14 chapters
El realismo científico
Ana Rapaccioli fue a Alemania a cursar una maestría en filosofía; su interés principal era la obra del español Xavier Zubiri, del cual había escrito una monografía en la carrera de Humanidades y Filosofía de la Universidad Centroamericana, acá en Managua. Ella iba adelantada, la conocí como se conocen los intelectuales, si acaso podríamos llamarnos intelectuales a los veintes.            Esa vez, el ilustrador y escritor Gabriel Morgan se presentó en la universidad para exponer su nuevo libro de microcuentos. Además, había una mesa redonda hablando de la necesidad de publicar libros ilustrados y promover su lectura. Ana era la coordinadora, y desde que la escuché hablar de la Poética de Aristóteles, supe que era alguien especial. ¿Cuántos en Managua hablan de Aristóteles con tanta
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A la sombra
 Donald Cárdenas era un escritor reconocido en el pequeño mundo literario de Managua, había publicado alrededor de cuatro novelas, estaba a punto de cumplir los cincuenta, y no tenía hijos, sin embargo, estaba casado con la cantante de ópera María Dolores. Durante muchos años el escritor se dedicó a una novela infinita, decía él, porque su aspiración era crear una obra maestra de mil páginas. Llevaba más de diez años escribiendo esa novela, no es que fuera indisciplinado, sino que asistía a coloquios literarios y visitaba los bares —para mi novela infinita— dicen que le comentaba a sus amigos.            Cuando lo conocí para una entrevista de la carrera de Comunicación, supe que estaba frente a alguien culto y de gran capacidad intelectual. Quería escribir aquella entrevi
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Extinción de las máscaras fúnebres
…el preciso momento en que su sangre y la mía se conjeturaron, y el polvo y se hizo polvo. Solía frecuentar todos los bares y discotecas de la ciudad disfrutando de la bebida y las miradas de los hombres. Título de La Prensa 1990: desaparece joven de nombre Andrés Guadamúz al salir de la Lobo Jack. No, esa vez no. Uno de ellos me llevó al Fantasy: $35, una de las mejores habitaciones. Era su primera vez, se lo advertí, sí, lo habíamos hablado. Su deseo era insaciable, me parecía increíble su irremediable fatalidad: “la muerte, la dulce muerte” me dijo. Ay, más no sabía lo terrible de mi alma, el pobre muchachito. Su resignación ante la vida me recuerda a mis primeros años con la forma de entrega a Ricardo. Él tenía un porte de caballero andante, sentía un desprecio por la banalidad de los hombres de tratos burdos. Las cosa
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El narval
Los depósitos de comida se agotaron, y la única fuente de alimento estaba en las aguas congeladas donde era imposible bajar las redes.  Moríamos de frio, estábamos varados en el ártico norte debido a los engaños del capitán. Antes de empezar el viaje, solicitó diez hombres del puerto para salir a pescar. Conseguí los mejores para el trabajo, pescadores con experiencia. Prometió una buena suma de dinero a cada uno. Todos creyeron en la palabra del capitán.              El día que partimos del puerto nuestros familiares se despidieron de nosotros, algunas esposas hasta lloraban y los hijos deseaban buena suerte a sus padres. Todo marchaba bien, sin embargo, después de semanas de navegación me di cuenta que la dirección del lugar de pesca era errónea. Le dije al capitán, pero no me hizo caso, se la pasaba con un libro en la mano leyéndolo a todas horas, ni siquiera comía, y lo vi flaco como un perro callejero. Los
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