Marisa había crecido con la tortuosa idea de que era un ser insuficiente, pues tras la muerte de su padre y el abandono de su madre, llegaron traumas a su vida que ya nunca más se fueron. La amiga de su mamá que se encargó de criarla, intentó a toda costa darle el amor que tanta falta le hacía, y por supuesto que Marisa se lo agradecería por el resto de su vida, por eso aprendió a fingir y a disfrazar su dolor de forma tan certera, para no hacerle sentir a la mujer que estaba haciendo algo másNunca tuvo demasiados amigos, nunca permitió que nadie pasara la barrera hacia lo personal… Nadie salvo Josh, que supo entrar a su corazón sin que ni siquiera ella se diera por enterada. Al principio, él se acercó con intención de conquistarla amorosamente hablando, pero pronto se dio cuenta de que no era lo que Marisa estaba buscando y que funcionaban mejor como amigos, pero s&iacut
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