16. Cambio de planes
Abrí levemente mi boca sorprendida, en mi vida entera, nadie me había tratado como Nathan lo hacía, muchos hombres rogaban por una sola noche conmigo, muchos me deseaban y algunos hasta envidiaban al afortunado que tuviese mis ojos encima de él, sin embargo, Nathan Fabré me miraba con repudio, como si fuera algún tipo de puta barata. Sí, lo sé, podía ser una hija de puta, pero ¡No una puta!Me removí incomoda por la fuerza de su mano en mi muñeca, el hombre era fuerte y aunque yo también, él me seguía ganando en fuerza por tener huevos y pene.—¿Quién cojones te crees para tratarme así?— Despotriqué soportando el dolor, seguro dejaría una huella que detestaría. —Suéltame ahora mismo, Nate, que no respondo y ya viste que puedo ser una desquiciada si se me da la gana.—Ya somos dos locos, e
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