BETSABE LOMBARDOLa cabeza me daba vueltas. Todo el cuerpo me pesaba, y todo se movía de forma rápida y violenta a mi alrededor, el silencio era demasiado, olía a hospital, sin embargo, tambien sentía el olor de la sangre. Como una ráfaga de viento las imágenes empezaron a venir a mi mente, encerrada, atada, golpeada y humillada. Un pánico incomparable me sobrevivo al enfocar en mi cabeza la imagen de Diego, intentando nuevavemente abusar de mi, arrancándome la ropa. Un grito broto de mi garganta, uno de auxilio, y por inercia retrocedi, sin embargo, fue en vano. Varias personas ingresaron, no me percate de sus rostros, porque cubri los mios, solo pedia auxilio, sólo quería que me salven. Siento como unas manos sujetan mi rostro. Nunca antes temi tanto a abrir los ojos, no quería encontrarme con ese rostro que tantos años me dejo cautiva en mi; no obstante,
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