21. Como una culebrilla (MATEO)
MATEO.Aún no podía creerme que aquello fuese cierto, que al fin me había acostado con ella, que estaba en la ducha con ella, mientras me besaba, con desesperación, mientras yo la penetraba duro y suave, haciéndola estremecer, cada vez que la apretaba contra la pared, sintiendo mi pene dentro de ella, hasta el fondo.Gemí sobre su boca, desesperado, tan pronto como sentí como ella me clavaba las uñas en la espalda, obligándome a que la apretase con más fuerza.Se retorció entre mis brazos, tan pronto como la agarré del pecho izquierdo y tiré de él hacia abajo.Me miró un segundo, antes de echar la cabeza hacia atrás, separándose de mis labios, gimiendo como una loca, llegando al clímax, logrando que lo hiciese con ella. Grité tan fuerte cuando lo hice, descargando dentro de ella, que casi me qu
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