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Se acabo
Tres semanas habían transcurrido desde que el curso de inglés comenzó.Emilio se acostumbró a su situación prontamente. No peleó, no discutió con el coordinador, no volvió a putear a Marco. Se resignó a concluir los dos niveles que faltaban y a escuchar las bromas sosas de sus compañeros y a contemplar, a ratos, a la belleza de los labios color durazno, de quién sabía su nombre, sus gustos y conocía su personalidad; todo gracias a las preguntas insidiosas que la teacher hacía a los estudiantes y que él, odioso, evitaba responder en la medida de lo posible. El muchacho evitó cuanto pudo cualquier contacto con la chica que tanta atracción le produjo esa primera vez. Luchó con su anhelo de conocer a alguien más, con el deseo de ser feliz. Sin embargo, a veces ciertas acciones y situaciones deben de suceder y aunque queramos ev
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Trabajo en solitario
Tres semanas habían transcurrido desde que el curso de inglés comenzó.Emilio se acostumbró a su situación prontamente. No peleó, no discutió con el coordinador, no volvió a putear a Marco. Se resignó a concluir los dos niveles que faltaban y a escuchar las bromas sosas de sus compañeros y a contemplar, a ratos, a la belleza de los labios color durazno, de quién sabía su nombre, sus gustos y conocía su personalidad; todo gracias a las preguntas insidiosas que la teacher hacía a los estudiantes y que él, odioso, evitaba responder en la medida de lo posible. El muchacho evitó cuanto pudo cualquier contacto con la chica que tanta atracción le produjo esa primera vez. Luchó con su anhelo de conocer a alguien más, con el deseo de ser feliz. Sin embargo, a veces ciertas acciones y situaciones deben de suceder y aunque queramos ev
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Yo recordé
A veces resultaba injusto también, ya que debido a su necesidad de no hacer sufrir a veces aguantaba más de lo que debía de aguantar. Con la edad aprendió a balancear esto y encontrar un equilibrio entre ambas posturas.Ahora, y después de todo lo vivido, se mantenía en una postura bastante alejada de lo demás. Miraba todo desde lejos, y realmente hasta manejaba una forma de pensar que le hacía que en lugar de comprometerse del todo solo “mirase que sucedía”. Así era, pero cuando llegó Julieta, todo fue distinto. ¿Qué tenía esa chica en sus ojos para cautivarle de ese modo? ¿Qué tenía esa chica para arrancarle de su zona de confort y hacerle soñar con amores distintos?Ella no le creía a veces, él se molestaba, ella le decía cosas equivocadas, y él no tenía forma de demostrarle la verdad. Se sent&ia
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Ardiendo
Mientras se encontraba recordando lo sucedido ese día, Emilio miró un punto de la nada. Por supuesto que no quería beber ya, y siempre después de que lo hacía las preguntas del por qué le llenaban la cabeza. La primera vez que lo hizo era apenas un adolescente, con diecisiete años bebió una lata de cerveza que fue suficiente para marearle y hacerle mirar el mundo de forma distinta, extraña. Una manera de apagar el cerebro. Emilio desde siempre pensaba sobre el mundo, sobre él, sobre todo lo que le rodeaba y sobre lo que podía hacer o dejar de hacer. Desde siempre era así, por ello cuando descubrió el licor y se dio cuenta de que le servía para apagar su mente y desconectar las ideas, hubo un tiempo en el que cada semana se embriagaba profusamente. Ahora, bebía no más de una vez al mes y no quería hacerlo más. El ejemplo de alcoholismo que le brindaba su padre
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Insistí
El celular vibraba, una, dos, tres veces.Los mensajes intercambiados por la joven pareja iban desde un lugar al otro, desde la Argelia hasta Carapungo, convirtiendo la lejura en la cercanía; convirtiendo la comunicación, mediante las maravillas tecnológicas, entre un hombre y una mujer que de otro modo no podrían haber hablado,en algo posible. Hace cincuenta años, el único modo hubiera sido con cartas y misivas, con mensajes que llegarían después de un mes; en la era de la tecnología, esa era relación se volvía posible.¿No te parece que ya deberíamos de “mimir”?El mensaje de Julieta hizo sonreír a Emilio, que se apresuró a contestar.La noche es joven, amada mía. Avísame cuando estés acostada y entonces… nuestro sábado."Nuestro sábado". Tras enviar la respuesta, Emilio s
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Nada cerca
No acabó sino hasta una hora después, llenando dos hojas completas de letrs pequeñas, línea tras línea. Miro lo que había escrito sintiendo una punzada de dolor en la cabeza. Las frases le gustaron, pero la verdad encerrada en esas palabras, algo tan poderoso y real contenido dentro de un papel, le pareció mágico, una completa maravilla. Le dolía la muñeca, pero algo tan mundano como el dolor no tenía cabida en ese ambiente dominado por la magia del amor y del cariño sincero.Esa era la consagración de sus deseos de que ella entendiese las cosas del modo que él lo hacía, que sus mentes entrasen en sintonía y pudiesen finalmente dialogar. ¡Tan lindo que sería entregarse al amor y al deseo! Entregarse el uno a los brazos del otro; nunca, jamás en la vida, fallarle a su relación. Releyó las letras y sintió los sentimiento agolp&
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Dedicado
Mientras estaba sentado ahí en ese salón, solo tuvo una certeza. No le gustaban los doctores. No porque creyese como algunos ignorantes que eran “matasanos”, no porque se creyese más que ellos, no por cualquier razón lógica o no lógica. Simplemente, no le gustaban ni los doctores, ni las enfermeras, ni las clínicas, ni las paredes blancas, ni los estetoscopios. Pero aunque no le gustasen, ahora mismo debía de esperar que uno de ellos le atendiese a ver si lograba quitarle la enfermedad que aquejaba su cuerpo. El salón era amplio y luminoso, con sillas para hacer más llevadera la espera y algunos posters relacionados con el tema de la salud. Una planta solitaria adornaba una pequeña mesa de vidrio que a su vez dejaba reposar unas cuantas revistas de temas variados sobre su superficie. Un pasillo estaba unicado a su izquierda, que se dirigía como ta
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Textos
No acabó sino hasta una hora después, llenando dos hojas completas de letrs pequeñas, línea tras línea. Miro lo que había escrito sintiendo una punzada de dolor en la cabeza. Las frases le gustaron, pero la verdad encerrada en esas palabras, algo tan poderoso y real contenido dentro de un papel, le pareció mágico, una completa maravilla. Le dolía la muñeca, pero algo tan mundano como el dolor no tenía cabida en ese ambiente dominado por la magia del amor y del cariño sincero.Esa era la consagración de sus deseos de que ella entendiese las cosas del modo que él lo hacía, que sus mentes entrasen en sintonía y pudiesen finalmente dialogar. ¡Tan lindo que sería entregarse al amor y al deseo! Entregarse el uno a los brazos del otro; nunca, jamás en la vida, fallarle a su relación. Releyó las letras y sintió los sentimiento agolp&
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Que falsedad
El celular vibraba, una, dos, tres veces.Los mensajes intercambiados por la joven pareja iban desde un lugar al otro, desde la Argelia hasta Carapungo, convirtiendo la lejura en la cercanía; convirtiendo la comunicación, mediante las maravillas tecnológicas, entre un hombre y una mujer que de otro modo no podrían haber hablado,en algo posible. Hace cincuenta años, el único modo hubiera sido con cartas y misivas, con mensajes que llegarían después de un mes; en la era de la tecnología, esa era relación se volvía posible.¿No te parece que ya deberíamos de “mimir”?El mensaje de Julieta hizo sonreír a Emilio, que se apresuró a contestar.La noche es joven, amada mía. Avísame cuando estés acostada y entonces… nuestro sábado."Nuestro sábado". Tras enviar la respuesta, Emilio s
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Tres semanas
Tres semanas habían transcurrido desde que el curso de inglés comenzó.Emilio se acostumbró a su situación prontamente. No peleó, no discutió con el coordinador, no volvió a putear a Marco. Se resignó a concluir los dos niveles que faltaban y a escuchar las bromas sosas de sus compañeros y a contemplar, a ratos, a la belleza de los labios color durazno, de quién sabía su nombre, sus gustos y conocía su personalidad; todo gracias a las preguntas insidiosas que la teacher hacía a los estudiantes y que él, odioso, evitaba responder en la medida de lo posible. El muchacho evitó cuanto pudo cualquier contacto con la chica que tanta atracción le produjo esa primera vez. Luchó con su anhelo de conocer a alguien más, con el deseo de ser feliz. Sin embargo, a veces ciertas acciones y situaciones deben de suceder y aunque queramos ev
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