Unos días después de ese ansiado encuentro, el médico dio la orden para trasladarlo a Perú. En un helicóptero privado del FBI, Esteban y la familia Quivera Andrade son traslados a Lima. Los niños fueron los más emocionados en el viaje, la madre de Mayra y su padre estuvieron inquietos, el miedo de volver estar en un avión como esos erizaba su piel y Sonia; pues, estaba entretenida platicando con su hermana mayor. —Gracias por haber llenado su vida con tanto cariño y cuidados —le dice Mayra emocionada.—Soy yo la que les debe mucho, creí que estaría sola toda mi vida, y cuando ellos me eligieron, fui la más feliz del mundo. Nunca podre retribuir tanto amor, cariño y cuidados que ellos me han brindado.—No lo dudo, nuestros padres son únicos.—¿Sabes? Nunca te olvidaron, siguen amándote como siempre lo han hecho, recuerdo que mamá contaba de ti, con tanto amor, al principio creí que estabas muerta. Pues siempre terminaban llorando cua
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