Habían pasado ya dos horas desde que llegáramos, el abuelo había entrado dando órdenes a la clínica, ahí nadie pareció extrañarlo, tenían cinco años que no lo veían y obedecieron inmediatamente, la prioridad, Emanuel, quien fue entubado, reanimado y llevado adentro de manera vertiginosa, nosotros afuera sólo llorábamos sin poder hacer nada. A Lola la atendieron casi al mismo tiempo pero toda la atención siempre estaba centrada en él.Dios no te lo lleves, papá perdónanos por no obedecerte, mamá déjalo junto a mí, lo necesito, es mi compañero, perdón dios, perdón, no debimos ir a esa casa.Me dolían las sienes y los ojos, todo mi cuerpo estaba lleno de sangre mi cabello, mis manos, mis pensamientos eran ráfagas de terror al revivir el momento horrible en que escuchara el disparo y mirar a mi
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