—¡Vas muy callado! —observó Jelena. —No es nada. ¿Me vas a contar qué pasó? —Nada, Gael me trató de estúpida. Me dijo que no lo buscara más con mis tonterías. —¿Y ? ¿Por qué te afecta eso? Deberías hacerle caso. Te lo advertí. —Todo esto me tiene agotada, cansada. —Si, a mi también, necesitamos que esto avance. —Quiero que lo hagamos —dijo. —¿Qué cosa? —Qué tengamos sexo. —Ahora me usas como tu juguete, hay aparatos sabes, juguetes, muchos modelos que puedes usar. Ella se rio. —¿Te molesta hacerlo conmigo? Por qué no parece —preguntó. —¿Por eso querías venir conmigo? Para aprovecharte de mí —bromeé. —Sí, yo quiero y tú eres hombre, así que quieres también. La oferta de Jelena me caía de perlas, la verdad no hallaba como sacarme la rabia con Olivia o en tal caso conmigo mismo, no podía creer que me hubiese enamorado de esa mujer, ella no quería saber nada de mí en serio, le
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