67. Epílogo
Me siento como en un sueño, ¡me voy a casar!, han pasado ocho meses desde que nos comprometimos, pero me sigue pareciendo irreal, pensar que en unas horas seré la señora Hoffman, ni que decir de toda la prensa cotilla que esta aquí, eso no me entusiasma, pero también entiendo la posición de Enrique, ser el centro de atención jamás ha sido mi fuerte, pero dadas las circunstancias y lo que me depara la vida, tendré que aprender a lidiar con ello.La estilista esta terminando de arreglar mi cabello, he pedido algo sencillo, soy poco de arreglarme tan excesivamente, así que le he mostrado el peinado de una trenza que sostiene la mitad del cabello y el resto queda suelto, ha incrustado unas flores blancas por todo mi cabello, lo que me da la impresión de algo mágico y en la coronilla una tiara con las mismas flores y pequeños diamantes sostiene el velo.Tarde semanas escogiendo
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