Finalmente el día había llegado, en el aire se respiraba la mezcla de adrenalina y miedo. Si bien todos ellos eran personas preparadas para enfrentar lo que se avecinaba siempre algo de terror por no volver a casa, a los brazos de sus seres queridos, a disfrutar de la calidez del hogar, se filtraba entre sus sentimientos. Nada de eso los detenía, vivían para hacer lo que estaban a punto de realizar, lo necesitaban para vivir tanto como respirar. El trabajo no era para todos, pero los que llevaban años haciéndolo sentían que era imposible dejarlo.El avión que los transportaría a un país limítrofe de Karan, de allí transpasarían a pie la frontera y luego, ya cerca de la ciudad, aprovecharían el elevado tránsito de personas que le proveería la festividad en honor al dictador. Tenían como pla
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