Lia observó a los hijos de Alessandro jugar en medio de la sala y se imaginó como sería tener un hijo con Matteo. Estaba seguro que sería un hijo o hija igual de atractivo como él. Sacudió la cabeza, estaba adelantándose a los hechos y aunque soñaba con que alguna vez se hiciera realidad, no podía hacerse muchas ilusiones aun. —¿Entonces, ya piensas decirme que está pasando entre ustedes? —preguntó Ava. Lia se volvió hacia ella. Ambas estaban sentadas una a lado de la otra poniéndose al tanto. Después de hablar con Matteo el día anterior, los dos habían pasado el día juntos y antes de que dejarla en su departamento él le había invitado a casa de su hermano. Lia había querido negarse, pero Matteo había sido muy persuasivo. —Estamos intentándolo —respondió después de pensar un momento. —Eso es todo lo que me dirás. —Lia sonrió ante la emoción de su amiga, parecía una niña revotando en el sillón—. Sabes que vengo esperando que esto suceda hace ti
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