Me siento estúpida por no dejar de llorar, pero es inevitable, es algo que no puedo controlar. Me siento completamente indefensa, todos lo saben y me aterra lo que pueda pasar de ahora en adelante. Las miradas, las palabras de aliento, no quiero eso, no lo quiero. Odio a Carol, odio que todos lo sepan, odio tener está enfermedad, odio ser yo. No sé cuánto tiempo llevo encerrada en mí habitación llorando, creo que mucho ya que desde hace minutos escucho como Hanna y Zoe intentan convencerme en abrir la puerta para dejarlas pasar. —H, por favor—escucho nuevamente a Hanna. Aprieto con mucha más fuerza mí almohada reprimiendo un grito, repito una y otra vez el momento donde todos me miraban, en mí mente, la mirada confusa y decepcionada de Aaron y la sonrisa de superioridad de Carol en su rostro. Las lágrimas siguen rodando por mis mejillas, no encuentro mí voz para hablar.
Leer más
Capítulo Treinta y Nueve.
14 de diciembre del 2017.No se si será doloroso, pensar en eso es algo que hago día y noche, se podría decir que es mi pasatiempo favorito hoy en día.Las semanas pasan, noche y días en cama, el colegio se terminó para mi, no se si debería estar feliz porque es lo que siempre quise pero la verdad me da igual. Papá dice que no este tan contenta y lo único que hago es reír, él trata de sobrellevarlo. Mis hermanas solo sonríen cuando es necesario, tratan de pasar la mayor cantidad de tiempo posible conmigo a decir verdad a veces es algo abrumador pero como las quiero mucho las dejo hacer lo que quieran, la mayoría de las veces me quedo dormida así que esos momentos termina rápido para mí.Mis amigos se encargan de contarme sus vidas aunque yo no pregunte, en especial Cameron. Aaron viene cada día con ellos, todos lo saben, le dije a Aaron que les podía decir, era lo mejor. Los días son aburridos pero soportables.—¿Qué haces?—La voz de Zoe me sobresalta, dirijo mi mirada hacia ella.—Na
Leer más