Todos los capítulos de Prohibido enamorarse del mafioso #1 tentaciones peligrosas. : Capítulo 41 - Capítulo 50
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Extrañando la familia.
Había pasado aproximadamente dos semanas desde aquel acontecimiento; donde los policías efectivamente habían intervenido en el cargamento que estaba enviando Álvaro, decomisando todo causando mayor frustración en él porque odiaba la idea de que se cayera un negocio, su socio estaba peor de alterado hasta me manifestó que les había echado la sal, no entendía como había caído si era un plan impecable y realmente lo era; solo que me entere siendo el peor error para ellos. Así mismo, Álvaro me abrió las puertas para ayudarle en el próximo cargamento a pesar de que su socio no estaba de acuerdo, le tocó ceder a las malas al darse cuenta que había tenido razón. Agradecí al cielo, porque eso sucedió ya que así tendría mayor confianza de ambos.  Me sentía triste y nostálgica, porque este trabajo esta
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La cascada prohibida.
El agua era un gran ingrediente en medio de nuestros besos, sintiéndonos mojados en medio de ella. Amaba sus besos llenos de pasión y ternura, mientras me acariciaba lentamente cada parte de mi cuerpo al deshacerme del vestido, quedando en ropa interior al igual que él. Estaba totalmente empapado mi cabello, pero no importaba era un momento diferente y único a su lado mientras sentía sus manos estimular mis pechos, mientras arañaba su espalda con pasión. Enseguida ver cómo me iba bajando el hilo lentamente hasta dejarme sin nada al igual que el brasier, estando dentro del agua; ya que la tina había logrado llenarse; colocó sus dedos sobre mi clítoris haciéndome sentir mariposas y excitación al mismo tiempo; en medio del agua la situación era diferente porque te hacía sentir sensaciones inexplicables, donde te hacía gemir a todo pulmón mientras cerrabas los ojos. Se
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Conociendo a mi mate.
No recibí respuesta así que pensé que tal vez me estaba traumatizando por una bobada; así que me voltee a devolverme a la cascada, pero volví a sentir los pasos ocasionando que me volteara rápidamente para darme cuenta que se trataba de un animal; parecía como un lobo. Me causaba miedo porque podría atacarme y matarme, al final era carne fresca para él <<¿por qué te metiste? decía prohibido>> me regañe mentalmente, saliendo con precaución del agua para colocarme mi ropa e intentar devolver por el mismo camino que había cogido.  Sin embargo, me perdí en medio de él al parecerse los diferentes árboles que había donde suspiré resignada sentándome en una roca grande mirando a todos lados. — ¿Estás perdida? — Manifestaron detrás mío, sobresaltándome porque ima
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Últimos días a tu lado.
— Me perdí en el bosque, sé que decía que no debía pasar, pero soy terca — Dije defendiéndome, mientras entrecerraba los ojos esperando un regaño. — Deberías de ser castigada, pero la preocupación fue más grande — Respondió terminando de apretarme con fuerza —, Por favor, no vuelvas a sobrepasar los avisos. — No te preocupes, ¿qué ha pasado con el cargamento? — Dije intentando cambiar de tema, no quería que me preguntara más porque era un secreto mío. — Bien, estamos terminando de empacar — Dijo soltándome, pero volvió a sostenerme con fuerza de los codos ocasionando un gemido de dolor en mi —, ¿Quién te hizo esa cicatriz? — ¿Esa? bueno, me aruño un lobo — Dije con inocencia mientras m
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Acertijo en tu muerte, mamita.
Esta oficina estaba llena de mercancía empacada, además no solo eso sino también había tráfico de armas; lavado de dinero y un cuadro grande en la mitad donde había una foto de dos personas; entre esos estaba Álvaro. El otro individuo, era una mujer de cabello mono hasta la cintura, sus ojos color celeste transmitiendo ternura con su sonrisa pequeña perfecta, su tez blanca como un copo de nieve y sus pecas en las mejillas; definitivamente tenía que ser su ex prometida. Sentí un leve dolor en el corazón, como celos a pesar de saber que ella ya se encontraba muerta, porque igual seguía siendo el pilar para él. Saque el celular con precaución, iniciando a tomar fotos a todo hasta al cuadro además busque en el escritorio documentos donde comprobé el lavado de dinero a través de una compañía famosa de transporte aéreo; no podía creerlo c&oacut
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Escapando de ti.
— Debemos pensar todo con calma, no es tomar una decisión a la ligera — Intentando calmar el ambiente tensionante que se había formado —, Debes entender que no puedes abandonar el negocio en cualquier momento, tendría consecuencias como la muerte. — ¿Entonces prefieres que sigamos en esto? — Pregunto con seriedad, prefería que se fuera, pero antes de pensar en él debía pensar en mí y en el bienestar de los míos. — Prefiero que pensemos todo con cabeza fría ¿vale? — Manifesté con una sonrisa donde asintió, para abrazarme enseguida de un beso suave. Habían pasado los dos días, la policía iba a lograr que saliera de allí sin que Álvaro colocara resistencia; así que aprovecharon a Leo para este proceso. Mi amigo y manager habló con Álvaro
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Misión fallida.
Hades ingresó con seguridad a la finca del mafioso esperando poder cogerlo para que pagara sus buenos años de cárcel después de todo. Llegaron hasta la puerta principal con una señal de las manos tumbaron esa puerta para ingresar con pistolas apuntando hacia todo lado. Mando a unos hacia el segundo piso mientras otros cuestionan el primero, por su lado salió de la finca hacia las caballerizas pero no encontraba rastro de Álvaro de vez en cuando mataban un franco tirador o empleado de Álvaro en medio de la balacera, pero se notaba que se encontraban menos de los comunes ¡Álvaro había escapado! tenía rabia internamente, no podía suceder a no ser que Elizabeth lo hubiera advertido ¿sería capaz de dañar una misión de meses? no lo creía posible, debía haber otra solución definitivamente. , Siguieron inspeccionando hasta el ú
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Piezas rotas sin remedió.
Estábamos ansiosos en la casa esperando la llegada de Hades con buenas noticias; aunque para mí no serían tan buenas porque no quería verlo detrás de unas rejas a la final se había convertido en alguien importante para mí. Me encontraba en la cocina con mi nona preparando un arroz con pollo cuando sentimos que abrieron la puerta y Juan Mario estaba gritando, había llegado.Decidí salir de la cocina para verlo con su traje de agente del FBI que lo hacía ver bastante guapo, realmente estaba más churro de lo que recordaba y con su hermosa sonrisa la cual me había enamorado desde el primer instante. Me acerque lentamente sintiendo su mirada sobre la cama para abrazarlo con delicadeza, sintiendo su calor aunque realmente no sucedió si no al contrario solo transmitió frío desde su cuerpo, ¿Qué había sucedido entre nosotros? — ¿Cómo estás? ¿Qué sucedió? — Pregunté con intriga mientras soltamos el abrazo. — Logró escapar ¿Estás
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La gemela de mi madre.
Tenía mucho mal genio por su actitud arrogante y posesiva; así que llegó la noche y decidí irme a dormir con mi pequeña Mari dejándolo solo en la habitación principal. La niña estaba feliz de estar en mis brazos, ignorando el desastre que se estaba formando por fuera de nosotras dos. Me dormí en sus brazos, amaneciendo el otro día con uno de sus pies en mi cara mientras dormía al revés; causando risa porque hace mucho no dormíamos de esta forma donde no fue una noche, si no varias que dormimos así porque Hades no quería dejar su actitud arrogante. Me levanté uno de esos días para darme un refrescante baño, colocando mi ropa interior amarilla acompañada de un jean azul oscuro, una blusa blanca y unos tenis del mismo color recogiéndome el cabello, para darle un suave beso en la frente a mi pequeña aprovechando que era sábado; podía dormir sin problema.   Baje a desayunar un jugo de naranja rápido para coger mi bolso e irme de la casa; aprovechando que la mayoría s
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¡Devuélvemela, por favor!
Me fui detrás de él soltando a mi pequeña hija de mis brazos; mandándola con la nona. Medio cerró la puerta, pero logré pararla a tiempo para poder entrar y esta vez cerrarla con seguro. Vi cómo se sentó en su asiento abriendo la laptop sin dirigirme ni una sola mirada ni palabra, así que suspiré para sentarme en frente de él debíamos buscar la forma de solucionar las circunstancias. — Debía ir, fue muy necesario para mí — Manifesté con sinceridad, intentando mirarlo, pero seguía evitando mi mirada. — ¿Poniéndonos en peligros a todos? ¿estás feliz? — Resoplo siguiendo en lo que estaba haciendo, al menos me hablaba. — Tu nos pones en peligro a todos desde que sales hasta que llegas, porque supuestamente eres mi hermano si es que no se dio cuenta que eres
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