Si no puedo mover el cielo, agitaré el mundo subterráneo.Sigmund Freud. El Rey Layo, de Tebas, se encontraba en una precaria situación. Su trono fue usurpado por dos gemelos pendencieros y requirió exiliarse para salvar su vida. Afortunadamente para él, pudo encontrar amable refugio en la tierra de Olimpia, bajo la protección del bondadoso Rey Pélope. Layo vivía en el palacio real al lado de Pélope y se destacó por su gran pericia y talento para el arte de la guerra y todas las disciplinas relacionadas. Era el mejor montador del reino, el más hábil arquero, el más invencible espadachín, tenía le mejor puntería y lograba derrotar a todos sus rivales en la lucha libre. En síntesis, era un hombre muy poderoso y destacado lo que le gan&o
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