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Todos los capítulos de HÉROES GRIEGOS: Capítulo 1 - Capítulo 5
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El último argonauta
 Sintió Pelias su trono vibrar.Y conoció los terrores de un reyQue solo la sangre puede apaciguar. Vida y muerte de JasónWilliam Morris.             Cenis era una bella jovencita lápita nacida cerca de las costas de Tesalia y desde niña se caracterizó por su gran belleza física, sólo rivalizada por su espíritu aventurero y sagaz. Cuando observó a sus hermanos dirigirse de cacería quiso acompañarlos pero, naturalmente, estos y su padre se opusieron férreamente pues “aquello no era cosa de mujeres”. Similar respuesta recibió cuando deseó participar de los diferentes deportes que practicaban sus hermanos o cuando escandalizó a su rígido padre al pre
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El presagio maldito
 Si no puedo mover el cielo, agitaré el mundo subterráneo.Sigmund Freud.            El Rey Layo, de Tebas, se encontraba en una precaria situación. Su trono fue usurpado por dos gemelos pendencieros y requirió exiliarse para salvar su vida. Afortunadamente para él, pudo encontrar amable refugio en la tierra de Olimpia, bajo la protección del bondadoso Rey Pélope. Layo vivía en el palacio real al lado de Pélope y se destacó por su gran pericia y talento para el arte de la guerra y todas las disciplinas relacionadas. Era el mejor montador del reino, el más hábil arquero, el más invencible espadachín, tenía le mejor puntería y lograba derrotar a todos sus rivales en la lucha libre. En síntesis, era un hombre muy poderoso y destacado lo que le gan&o
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Lamentos en el Inframundo
 ¡Ah, que desgraciado soy!¡No hallo palabras para expresar mi dolor!Solo me queda morir contigoEn este terrible instante¿Qué haré sin Eurídice?¿A dónde caminaré sin ella?¡Eurídice! ¡Eurídice!¡Ah, ya no me queda más socorro ni esperanza en la tierra ni en el cielo!¡Ah! ¡Con la vida acabará para siempre el dolor!Estoy en el camino hacia el negro infiernoOrfeo y Euridice Christoph Willibald von Gluck            Una imagen lastimera y morbosa languidecía bajo el ardiente sol mediterráneo. Tirada sobre el pasto, exánime, con un rostro compungido en una mueca de a
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Las lágrimas de la Gorgona
 Era débil, y sutilmente, aún a los ojos del genio, el vástago indiscutible de los primeros pobladores de Zimbawbe. No es de extrañar que tuviera un lazo con la anciana bruja Sophonisba... ya que, en una diluida proporción, Marceline era negra. La cola de Medusa P. Lovecraft.            Cuenta la leyenda que alguna vez en las gloriosas tierras de Atenas, existió una hermosa sacerdotisa cuya belleza era tan sublime y tan esplendorosa que despertó la lujuria y las pretensiones románticas de reyes, guerreros, sabios y plebeyos de todas partes del mundo griego. Pero la sacerdotisa siempre rehusó todos los avances y las proposiciones amorosas desinteresada en las burdas pasiones carnales y empecinada en cumplir sus funciones como una de l
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El engendro en el Laberinto
 ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?La Casa de AsteriónJorge Luis Borges Una enloquecedora maraña de pasillos y muros y dimensiones de ángulos morbosos e imposibles, se extendía ominosa como un presagio maligno. Se trataba de la malévola jaula inventada por la genial mente de Dédalo para aprisionar en su tortura eterna a un recuerdo tormentoso. El Laberinto era un vergel de tinieblas pavorosas, una mole espeluznante, un infierno de caos arquitectónico de agobiante lobreguez. Dafne era una de las infortunadas víctimas que recorrían la estructura laberíntica oscura y sórdida y siniestra, tropezándose en
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