Ginna Renaux El impacto de ver a Emiliano de pie en el umbral de la puerta, solo se compara con la desesperación que sentí al ver su rostro. Entro como un huracán, arrasando a su paso los últimos dejes de tranquilidad con que contaba mi fortaleza interior. Yo completa temblé al estar ante su presencia. Aún con el alma destrozada, y contra mi propia razón, yo moría por ese hombre. Nada de lo que me pudiera haber escrito en esa carta, cambiaría ese hecho. Me enamore de todo lo que él es, y representa. Me enamore de su carácter, de sus defectos, de su forma tan placentera y escondida de hacerme suya. Sin embargo, se fue tal y como llegó, no tuve tiempo a reaccionar. Su fuerza interior no disminuy
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