_ ¡Hay! Carajo, este maldito loco, está soñando conmigo, ¿será que hoy aparecerá irritado, y me hará las cosas difícil? _ No, no tengo que estar positiva. Ja, ja, ja por fin lo tengo, lo voy a volver loco, asta que me pida perdón. Lamentará tenerme como secretaria, de hoy en adelante voy a seducirte y dejarte con las ganas, no seré tu sumisa, ni domada. _ ¡Hay Dios, mío Kat, deja de ser tan descarada! Con la mente llena de perversiones, Katty se viste, a todo poder. Unas camisas sueltas, para dejar todo a la vista, no tenía encaje, solo la suelta blusa sobre sus pezones que podía dejar a cualquier hombre casado, en un pecado inolvidable. Katty sonrió, y arqueo las cejas deduciéndose a sí misma. Y se repite su propio cumplido. _ "Vamos Kat, hoy tienes que ser la gata que Débora, pero que no tocan". Con su mente puesto, en volver a Jack loco. Era un plan arriesgado, peligroso, pero lo tenía que castigar de alguna manera para reclamar su respeto. Llego a la empresa, era temprano, n
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