Antes de que pudiera ponerme más sentimental, la dulce voz de mi madre me habló.—Chloe, ¿Me ayudas a decorar lo que falta? —me preguntó alzando una caja de foquitos que brillan de distintos colores, esferas de todos tamaños, muñecos de nieve de peluche, velas, campanas, un par de guirnaldas y flores de noche buena, entre otras cosas.Todavía me sorprendía cómo es que podía sostener tantas cosas, no lo sabía, tal vez eran los súper poderes que poseía toda madre y no querían revelárnoslo, de otra forma como explicaban que pudieran cocinar, lavar, limpiar, cuidar y soportar a sus hijos, consentir y pelear a sus esposos y encontrar todas las cosas perdidas sin perder el conocimiento. Eso ameritaba ser inmune a la criptonita o todo era resumi
Leer más