_ Dionisio, creo que es mejor y vas y descansas - Mañana seguiremos con esto para aclarar todo _ dijo Fernando. _ Si, de acuerdo señor, me retiro buenas noches, señorita! _ Respondió el mayordomo. Después que Dionisio se marchara, Fernando estaba aún en la habitación de Sheila, se sentó en la cama, pensativo. Y le dijo a Sheila que se quedara aquí esta noche para que no vaya a cometer una locura. En unos momentos Sheila, se metió en la ducha, su cabeza le dolía, estaba pensando demasiando en lo que estaba pasando, ahora que conoce parte de la historia de su madre, no estaba calmada, su mente divagaba por todo lado, menos en presencia de lo que estaba ocurriendo ahora. Ella salió de la ducha, sin la toalla, su cuerpo estaba a todo el descubrimiento. Fernando estaba en la cama, mirando cuando ella salía de la ducha, para su sorpresa ella estaba sin nada, tal como su madre la trajo al mundo. Los ojos de Fernando brillaban, su corazón latía, su instinto estaba siendo seducido y deleit
Leer más