Escondido en la montaña jugaba Ean, dibujaba en las paredes cualquier forma que se le ocurriera, no tenía mucho que hacer allí, Fría le daba todo, la sentía en cada parte de él, como si solo fuera un contenedor. A veces bajaba al bosque, solo para asegurarse de que todo estuviera bien, o al menos así se engañaba. La verdad era que disfrutaba sentir esas otras energías extrañas y ajenas a su realidad.Soñaba con ir más allá de sus montañas escarchadas, soñaba con la mujer morena que lo esperaba constantemente en la cabaña. Tenía tantos sueños que antes no habían perturbado su cabeza.Todo había comenzado con la hembra que irrumpió en el bosque esa noche. Su olor lo había atraído y cuando pudo verla se quedó pasmado. Era tan distinta a los humanos que había visto. Su piel oscura, su cabello tan salv
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