Al entrar a su habitación lo primero que observó fue la silla de la computadora en el piso, al igual que papeles, lápices que habían estado en la mesita de la computadora, al mirar la cama su corazón de detuvo, Federico yacía inerte estaba cubierto de sangre, al igual que la cama, las paredes y el suelo.-¡NOOOOOO! – Su grito fue desgarrador- ¡Fede. . . Fede, mi amor! -corrió hacia él, con su rostro bañado en lágrimas, su cuerpo temblaba y se agitaba con fuertes sollozos, experimentaba el peor dolor de su vida, su corazón latía desesperado- ¡Fede respóndeme cariño, respóndeme!- gritó desesperadamente pero él no respondía, y al parecer tampoco respiraba, con manos temblorosas acarició su rostro manchado de sangre, sus ojos abiertos enormes y sin vida, reflejaban que a Federico no le quedaba ni un suspiro, ni siquiera un aliento- No cariño, tú no. . . Tú no. . .Tú no, Fede- gimió, se sentía desfallecer, quería morir, deseaba que ese asesino volviera y le
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