Rodrigo estaba en el baño cuando el celular sonó, Jr. miró hacia la cómoda, como un niño travieso que era estiró la mano, tomó el teléfono y lo contestó: —Aló. —Scarlet oyó la vocecita del niño y abrió grandes sus ojos mientras sonrió con alegría. —Jr. —¿Mamá? —Sí, ¿Éstas bien? —Sí, estoy en la clínica con papá. ¿Por qué te fuiste? —Es que no puedo quedarme. —¿No vas a regresar? —No puedo. —¿Ya no me quieres? —Si te quiero, pero estas muy pequeño y no puedo decirte por qué me voy, pero te juro que te amo, no pienses que no te quiero. Portante bien y no preguntes por mí porque tu papá se pone triste. —¿Se van a divorciar? —No. —Pero te vas, lo papás de mis amigos se van cuando se van a divorciar. —Jr. hay cosas que tu papá te va a explicar cuando crezcas, pero quiero que sepas que aunque yo no esté en la casa siempre voy a recordarte. —Rodrigo salió de baño y vio a Jr. con
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