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Todos los capítulos de La esposa que compré: Capítulo 81 - Capítulo 90
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Rodrigo estaba en el baño cuando el celular sonó, Jr. miró hacia la cómoda, como un niño travieso que era estiró la mano, tomó el teléfono y lo contestó: —Aló. —Scarlet oyó la vocecita del niño y abrió grandes sus ojos mientras sonrió con alegría. —Jr. —¿Mamá? —Sí, ¿Éstas bien? —Sí, estoy en la clínica con papá. ¿Por qué te fuiste? —Es que no puedo quedarme. —¿No vas a regresar? —No puedo. —¿Ya no me quieres? —Si te quiero, pero estas muy pequeño y no puedo decirte por qué me voy, pero te juro que te amo, no pienses que no te quiero. Portante bien y no preguntes por mí porque tu papá se pone triste. —¿Se van a divorciar? —No. —Pero te vas, lo papás de mis amigos se van cuando se van a divorciar. —Jr. hay cosas que tu papá te va a explicar cuando crezcas, pero quiero que sepas que aunque yo no esté en la casa siempre voy a recordarte. —Rodrigo salió de baño y vio a Jr. con
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Israel fue a la clínica con su madre a visitar a Jr. luego salió con Rodrigo que le pidió que lo acompañara a buscar a un técnico que reparara su celular.Cuando bajaron del ascensor en el estacionamiento, Rodrigo tomó el celular y le quitó la tapa, después le sacó el chip y tiró el teléfono al bote de basura. Israel anonadado le dijo:—¿No ibas a mandarlo a reparar? —Rodrigo con el rostro serio agregó:—No, eso lo dije delante de papá, es que hoy Scarlet llamó para hablar con Jr. papá pretende que repare el teléfono para ver el número de donde ella marcó. Está pensando en hacer que regrese a la casa.—Me parece que tío está haciendo bien, no veo
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Israel le dijo:—En realidad solo Scarlet sabe lo que está pensando. Yo solo te estoy poniendo los puntos sobre las ies. Sabes Rodrigo, me parece que debes ir poniendo cada cosa en su lugar, porque Jr. seguirá preguntando por ella; debes intentar buscarla y traerla de nuevo, se supone que para eso la contrataste, para que Jr. fuera un niño feliz.—No quiero que ella entre de nuevo a mi casa, no deseo ni verla.—¿A qué le temes? Creo que debes verla como a cualquiera de tus empleadas. ¿Recuerdas cuando salías con tu asistente y que luego terminaron? Pudiste seguir trabajando con ella sin ningún problema.—Lo de Mariela es totalmente distinto.—Por tu hijo debes intentar que sea lo mismo.—Es que no sé lo que sucedería si la tengo cerca, si la veo todos los días en mi casa. ¿Cómo voy a sentirme en las noches sabiendo q
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Al caer la tarde, Juan Carlos y Scarlet llegaron a la clínica, él ya sabía en qué habitación tenían al niño porque Marina se lo preguntó a Elena. Cuando llegaron al piso donde Jr. se encontraba, se dirigieron hacia la sala de espera, Scarlet se quedó en el pasillo y Juan Carlos se acercó a observar el panorama, se asomó a la sala y vio que solo estaba Braulio con Israel.Regresó con Scarlet.—Está Braulio y uno de sus sobrinos, no sé si lo conozcas, se llama Israel. —Scarlet sonrió.—Si lo conozco, él me puede ayudar a pasar. Tú podrías traerlo.—Bien. Ve y siéntate en la otra sala mientras yo hablo con él.Juan Carlos se
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—Te quiero mucha mami. —Jr. le agarró el cabello—. Te ves linda con el pelo amarillo. —Scarlet e Israel se rieron.—Gracias bebé, ahora tienes una mamá rubia.Los minutos pasaron. Israel observó su reloj.—Creo que ya deberías irte antes que todos regresen. —Jr. se agarró duro de Scarlet.—No mamá, todavía no te vayas. —Ella con ternura le dijo:—Me quedaré cinco minutos más, pero debes prometerme que cuando me vaya te quedarás tranquilo hasta que podamos vernos de nuevo.—Sí mami. —Israel agregó:—Jr. es peligroso que encuentren aquí a tu madre. —Jr. hizo caso omiso y se recostó sobre el regazo de Scarlet.Después Israel lo devolvió a la cama, Scarlet se acercó y le dio un beso. Jr. se puso a llorar. Ella se contuvo de h
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Después que el ascensor se cerró, Rodrigo sintió un fuerte impulso de ir detrás de ella. Si por él hubiera sido lo dejaba todo botado, dejaría a un lado los prejuicios de su familia y los de él mismo, correría con ella para tomarla en sus brazos y ser feliz con su amor, con su sonrisa y su atrapante mirada que lo dejaba paralizado cada vez que sus ojos de gata se quedaban mirándolo solo a él.Pero el otro ‹‹hombre›› el que ella había elegido ‹‹Juan Carlos›› estaba a su lado; de nada servía intentar remediar algo o siquiera intentarlo. En ese momento no tenía tanta rabia por dentro, más bien era un sentimiento de lamento y tristeza, su corazón había empezado a aceptar que no podría amarla, aunque sí le tenía resentimiento, pero ya no valía la pena lo q
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Por la noche Israel llegó a su apartamento; Michael ya tenía la mesa lista y lo estaba esperando para cenar juntos.—Hola corazón. —Se dieron un pequeño beso en la boca.—¿Cómo sigue Jr.?—Está muy bien, en la mañana lo darán de alta. —Israel se acercó a fregadero y se lavó las manos, Michael le dio un paño para que se secara, después los dos se fueron al comedor.—No te imaginas lo que sucedió en la clínica.—¿Y eso?—Bueno, debo contarte un montón de cosas. ¿Recuerdas en Miami cuando te dije que a Rodrigo no le gustó que hubieras invitado a Scarlet a cenar?—Sí. —Michael sonrió y juntó el par de índices—. ¡No me digas que Scarlet y Rodrigo andan juntos!—Sí, bueno, anduvieron, eso se
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TRES DÍAS DESPUÉS. Gema y Juan Carlos acompañaron a Scarlet a traumatología, esa mañana le quitaron el yeso de la pierna. Ella salió sonriente del consultorio. —Al fin, me siento tan libre que tengo ganas de salir a todas partes. —Juan Carlos les dijo: —¿Qué tal si mañana salimos a bailar? —Gema se rió. —No importa, podemos solo charlar y beber unos tequillas, qué mejor excusa que a Scarlet le quitaron el yeso. Vamos a celebrar los tres. —Qué mejor excusa que a Scarlet le quitaron el yeso. Vamos a celebrar los tres a un antro. —Sí me parece bien. —Dijo Scarlet, Juan Carlos agregó: —Hoy me gustaría invitarte a cenar Scarlet. Creo que te lo mereces después de todo lo que has pasado estas últimas semanas. —Gracias Juan Carlos, encantada acepto tu invitación. Ahora quiero regresar al hotel y estar preparada, es que en la tarde el señor Braulio va a dejarme a Jr. un rato.   Alejandro fue
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En la mañana Rodrigo bajó al comedor a desayunar. En la mesa ya estaba Braulio.—Buenos días papá.—Buenos días hijo. —Rodrigo se sentó.—¿Y tía Elena?—Amaneció indispuesta. Y tu como que no dormiste bien, cargas una cara.—La verdad dormí muy poco, es que descubrí algo que me causó mucha inquietud.—¿Sí, y qué es?—Espera un momento y te lo digo. —Rodrigo le dijo a Lalita que estaba sirviendo el desayuno que le llamara a Lucrecia. Cuando ella llegó al comedor le dijo:—¿Me mandó a llamar señor Rodrigo?—Si Lucrecia, quiero hablar con ustedes dos aprovechando que no está tía Elena aquí presente, y no me voy a andar con pelos en la lengua. ¿Quién de ustedes dos está trayendo a Scarlet
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c90
Por la noche Rodrigo esperó que Jr. se quedara dormido, y se alistó para salir. Elena se lo encontró en el pasillo y ojeó su atuendo.—¿Ya te vas a emborracharte?—Lo dices como si yo fuera un alcohólico.—Si pudieras lo serías.—No exageres. Solo voy un rato con Andrés y tomar dos copas y regreso.—Seguro que regresas el domingo.—Sabes que no es verdad lo que dices. Mejor me voy ya.Rodrigo la dejó sola en el pasillo y se marchó; Elena se quedó pensando dentro de sí con cara de preocupación:—No me gusta que ande metido en esos antros, ¿qué tal si llega a conocer a una perdida, una aprovechada? —De pronto sonrió—. Bueno, mi Rodrigo demostró que no le gustan ese tipo de mujeres, a Scarlet ni la tomaba en cuenta; los días que esa mujer estuvo aqu&iacu
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