En el casino estuvieron hasta poco más de la media noche, Rodrigo decidió regresar al apartamento. Mientras iban de camino Scarlet se sintió como perdida, sabía lo que estaba por suceder entre ellos en cuanto estuvieran a solas. Intentaba no preocuparse tanto por ello, pero era inevitable. Ella en una piscina de pensamientos intentaba convencerse así misma: "Ana Julia, cálmate, él es como cualquier otro, ya este año has tenido sexo con dos hombres diferentes, qué más da, él es otro hombre. —Ella comenzó a temblar por dentro—. ¿Pero por qué me siento así? tengo miedo, pero todo es igual, haré de cuenta que lo hago por diversión, sí, eso haré, es más, voy a disfrutarlo —Scarlet miró a Rodrigo—. Él es guapo, al menos no es un viejo verde; respiraré profundo y lo haré bien, que quede complacido" Cuando llegaron al apartamento Rodrigo le ofreció a Scarlet una copa de vino, ella la recibió no por gusto, sino por necesidad, le
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