Si había algo que Nebraska había aprendido a lo largo de los años era que las lágrimas no resolvían absolutamente nada, así que derramarlas era en vano. En vez de eso, tenía muchas cosas en las que pensar y que hacer, una de ellas era el estado de su relación con ese alfa que cada vez que podía le mencionaba que era suya.No podía negar que tenía mucho que agradecerle, había hecho por ella y su manada más que cualquiera, aun cuando el precio era su cuerpo, el cual dentro de poco hasta eso perdería, su independencia.Acarició la marca de mordida en su mano. Aquella noche en que Rudoc intentó marcarla después de la boda, ella se negó y precisamente esta piel era la que había sufrido. Había cubierto su
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