"Ahí estaba ella. Dulce, risueña, su risa llenando toda la casa sus rizos castaños ondeando en el aire, su amplia y ancha sonrisa llena de dicha mientras corría descalza por el suelo de madera, sus expresivos ojos castaños mirándolo extasiados por la felicidad antes de entrar al cuarto de baño.Marcus corrió tras ella por el pasillo bañado por la luz del sol que entraba por las ventanas, pero cuando cruzó el marco de la puerta ya no había más sol y la oscuridad de una noche sin estrellas reinaba en el cuarto de baño. El piso mojado, sus pasos chapoteando la avanzar, el agua derramando se de la tina a borbotones y una mano sepulcral mente pálida sobresaliendo de su borde.El avanzo más rápido, el pánico y la angustia impidiéndole pensar claramente, y dentro de la tina con un cuerpo desnudo de protuberante vientre una mujer con marcas oscuras de dedos alrededor de su garganta lo miraba con un par de ojos vacíos de color avellana que se tornaron grises al tiempo que s
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