No pude dormir toda la noche, en mi cabeza se repetían una y otra vez las palabras de Aspen y no podía dejar de pensar en él.Así que cuando el primer rayo de sol toco mi rostro, solo me levanté con cansancio y me introduje bajo el agua tibia; necesitaba sentir algo, cualquier cosa, porque justo en ese momento, me sentía vacía y agotada.Nunca creí que llegaría el momento en que me sentiría así, pero Aspen había conseguido lo que nadie nunca consiguió, había logrado hacerme dudar de todo, inclusive de mi misma y de mis decisiones.La poca estabilidad mental que me quedaba; estaba a punto de desaparecer y emocionalmente, era peor que un huracán; en resumen, podría decirse que era un completo desastre.Lo único positivo era que estaba a miles de kilómetros de Aspen y de todo lo que, regresando a casa, tendría que afrontar, por
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