Lia EvansUn mes despuésEstoy acostada en el jardín de la casa acariciando mi vientre, que ya está más notable. Hace unos días nos enteramos de que el bebé iba a ser niño y Máximo no cabe de la felicidad. Después del accidente, decidió mejor no salir tanto hasta no encontrar a Julieta, ya que siento miedo de que algo me pueda pasar. A pesar de mi encierro, no me siento tan sola, ya que Ed y Carol han estado pendientes, y lo bueno es que Max no pone problema cuando viene Ed, así que todo está de maravilla.- Hola, querida - veo entrar a Teresa, que está llena de paquetes.- Hola, Teresa - le doy un abrazo y ella me corresponde.- ¿Cómo estás, querida?- Muy bien, aquí disfrutando del día.- Qué bueno, mira, aquí te traje unas cosas que vi para el bebé. Espero te gusten.- Oh, Teresa, no debiste.- Claro que sí, es mi primer nieto, tengo que consentirlo. - Abro cada paquete y hay varios trajes con zapatitos que me provocan mucha ternura.- Todo está precioso, Teresa, gracias.- Gracias
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