1 —Mariel y tú siempre han dado la vida por Florecita —suelta Doris—. Trabajan de sol a sombra para que nunca le falte nada, y eso ella lo valora.—¿Y de qué sirve que no le falte nada en cuestión de dinero?, si por andar trabajando o estudiando la dejamos siempre a su suerte.—No es verdad —agrega Melissa—. En aquellos tiempos éramos muy unidas… aún lo somos, pero entonces más. Y no había día en que ella no me hablara bonito de ustedes. Estaba muy agradecida contigo, Linda. Y con tu mamá también. Y con…—Entiendo —interrumpe Linda—. Y en verdad les agradezco no solo porque en su momento la ayudaron a salir adelante, sino porque ahora intentan hacerme sentir mejor. Sin embargo…—Nosotras solo te decimos la verdad, corazón —corta Doris y coloca la palma de su ma
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