— Tómame por favor… — musita acalorada, puedo notar el calor de su cuerpo en su mejillas rosadas, Vanessa en este momento es un tren fuera de control. Deseosa de que la posea y la haga mía — Aaah… — gime cuando paso mis dedos por su vagina, esta húmeda y caliente lista para recibirme.— Lo hare nena… lo hare… — me adueño de sus labios y su boca sigue el ritmo de mis besos. Es dulce e inexperta, batalla para besar bien, pero… se siente jodidamente maravilloso.— Aaah… Vernon… — aun drogada menciona mi nombre — sigue por favor… — introduje un dedo en ella mientras con mi pulgar acariciaba su hinchado monte, abrió mas las piernas y sus gemidos comenzaban a salir con delicadeza. Me sentía en el cielo de solo escucharla.No pude contenerme e introduje uno más, ella era virgen y mis dedos podían sentir lo estrecha que estaba. Siempre dije que odiaba las vírgenes, pero ¡Joder! Ella se sentía exquisita. Con delicadeza fui quitando su ropa, prenda por prenda. No entendía
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