Kara deja salir un suspiro cuando logra terminar de arreglar el cabello de su hija, no entiende porque quiere estar bien peinada todos los días, pero tampoco le molesta arreglarla.—Mamma, ¿crees que Valentino se fije en mí cuando sea grande? —La loba se queda quieta sorprendida por lo que ha dicho su hija, nunca se esperó que algo como esto saliera de la boca de su pequeña Kiara.—¿No estás muy pequeña para eso?—Por eso dije cuando sea grande, sé que soy una niña, —la mira a través del espejo con una sonrisa y sus mejillas roja.—Bueno, ya para ese entonces Valentino será un hombre mayor para ti, —Kiara la mira desanimada por sus palabras, —Pero igual serás hermosa y cualquier chico te cortejara.—Pero yo quiero que sea Valentino, —reprocha.—El destino es el único que sabe, peq
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