I Estar con Cristo es como estar con mil personas a la vez, y cada una de sus personalidades tiene su asunto conmigo. Por ejemplo, en el funeral de mis padres… Una no espera conocer a nadie en esa clase de días, porque en sí esos días no se esperan. Solo suceden y… en fin. El caso es que esa noche me quise hacer la interesante. ¿Tan difícil era adivinarlo? Entonces yo era una mocosa de veintiún años que, como tantas, se largó a Malquerida en busca de una oportunidad como actriz. El telón jamás se me abrió y el hambre era brava. Pronto tuve que trabajar de cualquier cosa, y por cualquier cosa, en tierras dónde si no eres artista o futbolista no importas, entendamos bailar en un tubo para esos petroleros que malgastaban su dinero
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