Todos los capítulos de No soy tuya, ¡Pero ámame, jefe!: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Descubriendo secretos.
Narra Taylor:   Después de la orden de mi jefe sentí escalofríos ¿que necesitaba decirme ahora? Tal vez era sobre mi hermanastro y esperaba que fuera así; decidí darle un beso en los labios como despedida a Cristian y me dirigí hacia la oficina, donde me senté cómodamente. Observe frente a frente a mi jefe mientras jugábamos un reto de miradas donde ninguno parpadeaba sin dejar de observar al otro; a la final mi jefe se movió para acomodarse la corbata que se había colocado el día de hoy color gris que combinaba con su atuendo negro y su camisa blanca, haciéndolo ver muy elegante. Salió de mis pensamientos, al observar cómo me miraba con un semblante muy serio, raro en él.   — ¿Sucedió algo? no se logró hacer nada con lo de mi hermano, ¿verdad? yo sabía que este trato era una es
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Cita doble, doble amor.
Narra Taylor:   — Buenas noches — Salude a ambos, mientras observaba de reojo a Armando, se veía perfecto.    — Buenas noches señorita Rendon — Respondió guiñándome el ojo y prosiguió — Buenas noches Señor, sigan — continuo mientras con su mano nos indicaba las sillas libres para sentarnos. Quedando de frente con Julieta, donde sentí un ambiente bastante pesado debido a que ninguna quería a la otra, pero debía disimular por el bien del compromiso además tenía cosas más importantes en mi cabeza, como el hecho de ser adoptada y el problema judicial de mi hermanastro, Raúl.   El jefe decidió pedir salmón a la parrilla con arroz blanco y vegetales, realmente se veía sabroso además amaba el salmón, aunque casi no pudiera consumirlo debido a su alto valor, donde era nulo asequible para una persona que ganaba un poco más del mínimo, pagaba arriendo, servicios, matrícula del tecnólogo porque ya iniciaba den
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De camino a Guadalajara.
Narra Taylor:   No podía creerlo, mi jefe iba a viajar conmigo a Guadalajara para descubrir la verdad solo esperaba que mi tía me recibiera sin inconvenientes; ya que nunca habíamos tenido una buena relación y no sabía el motivo del porque tal vez en este viaje descubriría eso también. Me fui hacia mi oficina pequeña, donde entre a la página de viajes y pedí dos boletos para esta noche rumbo a mi destino, tenía que hablar con Cristian porque lo que menos quería era que fuera a desconfiar de mí debido al triángulo amoroso que se estaba viviendo entre nosotros cuatro.    Me acerque primero a donde Armando a entregar los boletos impresos, donde me manifestó que me podía ir más temprano del trabajo para poder alistar mi maleta y lo que necesitará, además que él iba a recogerme en mi casa para llevarnos al aeropuerto internacional John F. Kennedy. Salí de su oficina, me dirigí hacia donde se encontraba Cristian quien me reci
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Tía Hannah.
Narra Taylor:    Sentía nervios por viajar juntos a mi jefe, todavía no me lo podía creer. Me ubiqué en el asiento al lado de la ventana, debido a que me daban miedo las alturas colocándome pálida donde él se dio cuenta porque me dio la mano donde la apreté apenas inicio a despegar el avión. Fue un viaje largo de casi seis horas, donde no le solté la mano literal por los nervios solo hasta que me quedé dormida en su regazo, me imagino que había descansado de mí. Bajamos, pasamos por migración haciendo una super fila, después esperamos nuestras maletas y finalmente nos dirigimos a la salida donde nos estaba esperando un taxi para llevarnos al hotel Demetria , realmente era muy hermoso porque tenía las paredes color blanco siendo bastante amplio, elegante como a los que mi jefe estaba acostumbrado.    Si por fuera estaba a morir, por dentro estaba peor. Realmente era muy hermoso, nunca había estado en un sitio tan ca
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Mi verdadera madre.
Narra Taylor:   Sentí nervios al entrar a la casa de mi tía; ya que no había vuelto aproximadamente hace 10 años. La verdad es que nuestra relación no siempre fue mala, al contrario, al principio se comportaba muy bien conmigo casi considerándola una segunda madre, pero de un momento a otro se inició a alejar de mí, la buscaba, pero me rechazaba así que fui creciendo y el amor que le tenía se fue perdiendo, hasta llegar al extremo de pelear por cualquier bobada y alejarnos totalmente. La casa era muy humilde, sus paredes color café, con una puerta de madera vieja, un solo piso con un baño, una habitación y una sala de estar. Recordé bonitos momentos que viví aquí, los cuales causaron una sonrisa mientras iba entrando y observando todo, tal vez el sorprendido sería mi jefe quien estaba acostumbrado solo a los lujos.    — Señora Hanna ¿usted vive sola? Leer más
No eres mí dueño, solo amame.
Narra Armando:    Llegamos al hotel donde se encontraba inconsciente todavía, ocasionando que llamara al médico; porque ya me estaba preocupando. A los 20 minutos, llegó un hombre de unos 40 años con canas en su cabello, ojos color café, pequeño de estatura y contextura ancha quien la examinó, observó su pulso, su ritmo cardíaco, las pupilas, oídos, en general donde al final me manifestó que se encontraba estable, solo había sido causado debido a la gran impresión donde debería ir retomando la conciencia en dos horas por máximo si no se debía llevar de urgencias al hospital más cercano.    Me despedí del doctor agradeciéndole por su tiempo, mientras me recostaba al lado de Taylor mientras acariciaba su cabello rojizo el cual me había flechado desde el inicio, mientras observaba su cara relajada como un ángel teniendo sus ojos cerrados, como si no hubiera pasado nada hace un momento si no por el contrario se encontr
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Arrepentimientos.
Narra Taylor:   Desperté con un dolor de cabeza, como si hubiera tomado toda la noche. Pero cuando abrió los ojos, recordé todo desde el momento que me enteré la verdad de mi madre hasta cuando me desmaye y finalmente termine acostándome con mi jefe ¿que había hecho? había vuelto a mezclar lo personal con lo profesional lo cual no tenía ningún sentido; además en el medio estaba Cristian quien no se merecía ni una pizca de lo que estaba haciendo porque pedí confianza y yo misma la destruí, aunque ni me llamo ni un mensaje de texto para saber sobre lo de mi madre, como me sentía o si lo necesitaba en algún momento. Sentí como Armando se despertó; ya que inició a revolcarse sobre la cama hasta que abrió los ojos, me miró directamente y se estremeció sentándose sobre la cama al igual que yo había hecho hace unos segundos.   — ¿Te arrepientes? — Pregunt
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Estipulando fechas.
Narra Taylor: Estaba englobada en mis pensamientos acariciando a Michi cuando sonó el timbre, ocasionando que volviera a la realidad. Decidí colocarme de pie para averiguar quién necesitaba de mi presencia, donde quedé sorprendida cuando abrí porque se encontraba Cristian con la pequeña Mia quien entró como un terremoto en busca de Michi para jugar con ella, mientras la gatita buscaba esconderse escapando de ser estrangulada a partir de amor y abrazos de Mia. Cristian por su lado me brindo una sonrisa mientras pasaba su mano derecha sobre mis ojos llamando mi atención, creo que había quedado plasmada. Reaccioné dando un brinco, donde le devolví la sonrisa y le di un suave beso en los labios con nervios recordando a mi jefe. Lo invite a entrar, donde se sentó en el sofá mientras iba a la cocina a traer yogurt con galletas para los dos d
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Lo que sucedió en las vegas, se quedó en las vegas.
Narra Taylor:   En medio del beso, Cristian me abrazó con más fuerza ocasionando tensión en mi debido a que la pequeña Mía se había quedado dormida en la sala. Estábamos literalmente solos, Michi se había acurrucado al lado de ella porque no sentía peligro en ese momento. En medio del abrazo sentí como bajo su mano derecha hacia mis glúteos apretándolos mientras me brindaba una sonrisa pícara, la cual correspondía forzosamente porque sabía a qué iba y si lo rechazaba iba a pensar mal porque venía de un viaje exclusivo con mi jefe. Así que intenté despejar mi mente, concentrándome en el momento mientras le brindaba un brusco, pero tentador beso en los labios donde se dio entrada a nuestras lenguas para conectarnos mutuamente mientras mis manos agarraban sus mejillas y las de él apretaba mis glúteos.   En un movimiento de inercia rodeé su cintura con mis piernas, mientras él me colocaba encima de la encimera de la cocina acari
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¡Que estúpido, soy!
Narra Taylor:   Había pasado una semana donde había tenido un leve contacto con mi jefe más allá del nivel profesional, no entendía que sucedía solo veía que aparecía la señorita Julieta cada vez más, ocasionándome celos y fastidio de tenerla al lado. Fui a la oficina de mi jefe donde tuve que presenciar una escena incómoda; ya que ella se encontraba sentada sobre sus piernas mientras jugaba con su corbata así que solo me quedo carraspear donde sentí la mirada desaprobatoria de ella.    — Jefe, debo ir al juzgado —_ Pronuncie solo con el fin de avisarle, sé que había dicho que me iba a acompañar. Pero sabía que en este momento tenía mayores prioridades, así que solo me voltee y me dirige nuevamente a la puerta.   — No, yo voy contigo — Manifestó
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