XXV Limpio y siento la punzada en la zona, el lavamanos está cubierto de sangre mi sangre.No puedo creer en absoluto que esto sea culpa de mi madre, ella no es así, al menos no antes de parar tras esos barrotes. Si, era algo tosca pero no tanto y ni hablar de esos cambios de humor tan horribles que tuvo en el momento, algo deben de estar haciendo para que actúe así.El agua fría choca de nuevo contra las partes cubiertas de sangre y gimo de dolor, arde y duele como el demonio. Miro con atención ese reflejo en el espejo y realmente me sorprende darme cuenta que ya no parezco la misma de hace días, ahora veo que mi rostro a pesar de las heridas y mor
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