Después de escapar apresuradamente de la señora Voelklein, choco inesperadamente contra un objeto sólido. Al alzar la vista, me encuentro con el rostro de Tom en una asombrosa definición ultra K, observándome con una expresión que sugiere sorpresa por la coincidencia. Intento esquivarlo y proseguir mi camino, completamente enfocada en mis propios asuntos. Honestamente, no tengo el ánimo para lidiar con él en este preciso momento.No obstante, mi intento de evasión resulta infructuoso. Escucho su voz detrás de mí, llamándome con urgencia.—¡Oye, Klein! —sus pasos resuenan detrás de mí, llenos de desesperación por alcanzarme, pero decido aumentar el ritmo de mis pasos, buscando distanciarme de él.Es entonces cuando su mano se cierra alrededor de mi brazo, deteniéndome en seco. Me siento atrapada, y me veo forzada a girarme para enfrentar su presencia inoportuna. Una pregunta resuena en mi mente: ¿cómo ha logrado alcanzarme tan rápidamente?Su mirada se encuentra con la mía, y en ese in
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