Jack…Decirle a Mariel la verdad fue algo muy complicado, confesarle que desde hace mucho tiempo llevo observándola desde lejos, quizás pueda parecerles algo… patético, enfermo, psicópata. Pero ella revivió este corazón frio, muerto, deshecho. Dormimos entrelazados, su cabeza recargada sobre mi hombro.Me había quitado la mascara y, por primera vez en mucho tiempo, no me sentía indigno de ella. De mostrar quien soy, el mundo podrá mirarme horrendo, pero ella, esta mujer indomable y llena de vida, me mira con amor, con deseo, con pasión. Ella es mi ancla en este vacío oscuro y lúgubre, ella puede matarme y revivirme, amarme y despreciarme, romperme y volverme a armar. Pero que ella, solo ella, es la dueña de mi corazón y mi alma.— A veces me pregunto si me miras a mi o al vacío… — sus palabras adormiladas me sorprende
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