Una alergia al polvo hizo que todos los días llevara un cubre bocas al servicio, y mientras limpiaba observaba desde la ventana a Ricardo. Él era... no lo sé, algo en él llamaba mi atención. Su rostro pálido, siempre reflejaba inocencia, pero su comportamiento delataba lo que en realidad era.Lo que duraba la mañana del día, imaginaba muchas de las cosas que podría hacer con un chico de mi edad ¿que tengo que a él no le gusta? pensaba. No es que no me arreglara, porque si que lo hacía, procuraba ir siempre arreglada a la escuela o a cualquier otro lado. Igual no salían de mi boca vulgaridades, trataba de portarme bien donde quiera que fuera. ¿A caso era eso? ¿No le gustaban las niñas portadas? Me daba a respetar con los chicos, &iq
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