Ambos se dirigieron a tomar el desayuno donde Alfred los esperaba, caminaban lentos pero en sintonía, en sus rostros había una sonrisa, dulce, tierna pero al mismo tiempo llena de deseo y pasión, a la mente de Alfred solo vino una cosa, su señora Keira habia arreglado las cosas y al fin se daría una oportunidad de ser feliz, las cosas no iniciaron de la mejor manera pero al menos ella estaba dispuesta a vivir mejor y eso hacia que el corazón de Alfred se sintiera mejor, quizá más relajado, el sabia que tenía una deuda pendiente, una que quería saldar pronto, ahora no fallaría, protegería a su señora así tuviera que entregar su vidaPASADO— Hola, ¿Cómo te llamas?— Mi nombre es Alfred joven señorita— Mucho gusto Alfred, mi nombre es Diane— Es un lindo nombre— Emmett dice lo mismo, je, je, je, je, je, ummm te he visto muchas veces por aquí, ¿Quien eres?— Aun no estoy autorizado para decirle joven señorita— Todos dicen que soy
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