Y ahí estaba, teniendo casi dieciocho años y con un vestido de novia lista para la ceremonia inhumana. La noche cayó como ella en nervios al verse cada vez más cerca de su hora, ambos hombres tomaron su antebrazo para guiarla hacia la salida, siendo bañada por la creciente luna desde su punto de vista. La luna era lo único que iluminaba el bosque a su alrededor, ella solo pensaba en los pasos que hace unos días tardo en memorizar para la ceremonia y eso solo le hacía poner los pelos de punta, no era nada sencillo esa era la verdad, no era solo caminar y mostrar su vestido moldeado a su cuerpo y decir los votos. Nerviosa no era la única palabra que describía su ánimo, pues era un manojo de difusas emociones, y eran muchas. Era Claro que algo no iba a salir bien, lo sentía en sus venas, en como su espalda se erizaba por los escalofríos que pasaban por su ser, la suerte no estaba de su lado, pero le calmaba saber que no estaba sola. Una punzada en su cabeza fue todo lo que necesi
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