Inicio / Paranormal / Domando Al Alpha / Capítulo 231 - Capítulo 240
Todos los capítulos de Domando Al Alpha: Capítulo 231 - Capítulo 240
262 chapters
capítulo docientos cincuenta y nueve
Se preparó, ese día iban a ir al medico para que pudieran decirle que es lo que estaba pasando, Cassimiro se había ido con su novia a conocer la manada mientras que Abdel se encontraba preparando los últimos papeles que tenía que si una si arreglar para otras manadas. Las empleadas se encontraban en la primera planta y la casa prácticamente era prácticamente un desierto vacío sin ningún ser vivo cerca de ellos. April se había levantado, comió el rico y nutritivo desayuno que abdel le había preparado solo para ella, había comido en la cama y dejó que este se fuera para que ella pudiera estar tranquila
Leer más
Capítulo docientos sesenta
Aquel dolor agudo que ella sentía era de lo más doloroso que podría haber imaginado, pues si en algun momento del embarazo pensaba que iba a ser doloroso era solo el parto y el post parto que iba a recaer en ella todo el peso. Sin embargo el revolver sus entrañas, como su estomago sufira contracciónes más fuertes que los incesantes colicos que ella sentía durante su periodo, aquello no se comparaba con los viejos tiempos. Su cuerpo comenzó a sufrir leves mareos que se iban itensificando a cada paso que daba, incluso llego el punto en que no podía hacer ningún movimiento brusco con su cabeza, pues sentiría que estaría a punto de caer desmayada en medio de su cuarto sin ningún tipo de ayuda, pues no había nadie en la casa, todos estaban demaciados ocupados con sus cosas como para poder escuchar sus quejidos, o sí...había alguien que la podía escuchar bien, sin embargo no quería ayudarla, pues aquella persona creía que ella se lo merecia, que merecia sufrir tanto como ella lo hizo en el
Leer más
capítulo doscientos sesenta y uno
Todos se encontraban asustados, cada una de las personas de la manda pudieron escuchar con certeza lo que estaba pasando, y no podian tener maás miedo de que algo le sucediera a aquella persona que mejoro la manada. Y podría sonar egoista, pero temian que si la Luna de la manada muriera, el alpha cayera en un pozo peor al que antes estaba sumergido luego de que su padre muriera, y eso que solo tenía unos pocoas años para recordarlo, y sin embargo hasta el día de hoy lo sabe, ni siquiera su madre pudo impedirlo, y se rindio al saber que al menos tenía el amor de su hijo y no era del todo indiferente de ella, a pesar de todo, el titulo de Luna no había pertenecido a ella desde hace años, pues su voz ya no tenía voto desde que su lado lobuno murio el día en que su esposo se fue. Cuando los dos habían llegado a la mansion, se encargaron de ayudar a abdel en todo lo que pudieron y le pidieron a Cassimiro, que ya sabía donde se encontraba el hospital en común que tenía la manada, que co
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y dos
La diosa luna miraba desde lejos aquella inquietud que tenía el alpha, y es que ella sabía muy bien de que se trataba, sin embargo tenía que decidir si ayudarlos a ellos o a su pequeña hija a la cual tenía que rescatar, y es que por una vez en su vida queria ser realmente egoista, los lobos estuvieron bajo su ala demaciado tiempo y no podía interferir en cosas tan amteriales como aquella complicación que Abdel estaba teníendo con ese asunto de April, quien era la mejor amiga de su hija, todo un enredo, un horrible enredo, sabía que el tener un hijo con otro dios iba a ser complicado, pero no imaginaba tanto y eso que solo estuvo realmente presente tres años de su corta vida, y fueron estos últimos, pues a pesar de ser madre, siempre fue primero una diosa, a la que se encargaba de los hombres lobos como raza principal creada por ella durante decadas, donde las primeras almas se encontraron e hicieron un lazo increblantable, aquel lobo negro y la morena que casi fue obligada a ser
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y tres
Sus corazónes galopaban más rápidos de lo que un cabalo en su vidra podría correr, uno, dos tres palpitaciónes en un solo segundo, y estaban completamente seguros de que no era ningún problema fisico, claro que no lo era. SImplemente sus corazones se disparaban cuando escuchaban como el motor de la camioneta rugia poderoso a la velocidad extensiva a la que iban, en el trascurso del corto camino comenzaron a darse cuenta de que no estaban solos, y que tal vez sus compañeros estaban con ellos, el hombre lo supo primero, con sus casi cuarenta y cinco años pudo escuchar el quejido de su compañera, aquella con la que siempre renegaba cuando eran residentes y no doctores, despues, un murmullo leve pero grave se escucho a su costado, y sabía que la unica mujer que conocia y tenía quella particularidad en su voz era su esposa, que era casi tres años mayor que el. Levantó su mano sin saber si estaba cerca de ella, y calculo la distancia antes de poder tocar a su esposa, esta chillo levem
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y cuatro
La noche estrellada era una de las más caoticas que en su corta vida (comparada a las de los otros que vivivan en la manada) ya sea peleando, salvando y matando a personas, nunca en su vida había ido el mismo a secuestrar a un grupo de gente, menos a uno shumanos que no tenían nada que ver en el mundo sobrenatural en el que el vivia. Con un suspiro, el de ojos azules bajo de la camioneta una vez que, con lentitud, retirara la llave de la parte de abajo del volante, para luego meterla en uno de sus bolsillos, en uno de estos encontró sus guantes de cuero que había olvidado completamente de que estaban ahí cuando salio corriendo para ayudar a April. Tomando cada uno, cerró la puerta de la pulida camioneta casi envidiablemente negra, mientras se acercaba con lentitud hacía la parte trasera de la camioneta. Sus ojos viajaron rápidamente hacía donde los tres cuerpos de los medicos descanzaban incomodamente, con aquellas vendas que cubrian sus ojos y bocas, las mismas que impedían que podíe
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y seis
--¿Saben por que los hemos traido aquí?--Preguntó Abdel, Cassimiro lo miró como si este estuviera completamente loco ¿Cómo es que ellos iban a saber el por que estaban ahí? Y aún peor cuando ellos mismos fueron los que lossecuestraron sin preguntarles nada antes. Sabía que todo esto era un error, un catastrofico y horripilante error. Aquello le hizo acordar como cuando su hermana lo obligaba a hacer esas cosas que uno en pensamiento cree que es horrible, como acostarse con mujeres solo para tener infomación o incluso su favor solo para hacer planes malvados que consistían en apoderarse de casa ser sobrenatural viviente.--¿No es eso obvio?--Se aventuró a decir Cassimiro, aquella interación fue estudiada por Aurora, la más grande del trio, al parecer y segun a su percepción única, ambos no estaban de acuerdo con aquellos metodos implementados en su secuestro, el que tenía la voz más joven y menos intmidante, abogaba por dejarlos libres o por lo menos no secuestrarlos, mientras que el m
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y siete
El universo hacía cosas extrañas, sin duda alguna era algo que nunca en su vida se hubiera imaginado. Los tres se encontraban junto a la mujer que se encontraba totalmente dormida, con sueros incrustados en sus muñecas y la maquina mostrando los signos de su corazón.--Esto es un claro caso de enevenamiento.--Habló el hombre, observando los informes de todos los estudios que le hicieron--Aconito.---¿Estas seguro?--Preguntó Abdel, entrando desde la puerta.--Le dare un breve resumen. El aconito es una planta perenne, venenosa, del orden de las Ranuncolacee, aquella que a veces se la confunde con el rábano silvestre. Aplicado sobre la piel, paraliza lasfibras sensitivas de los nervios y determina una anestesia local..pero en grandes cantidades, y una mujer embarazada...provoca irregularidad en la sunción cardíaca y deprime el centro respiratorio, llegando a provocar la muerte por asfixia. Ella sufrio leves dosis durante un tiempo prolongado, tal vez en las comidas, así como las veces e
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y ocho
El universo hacía cosas extrañas, sin duda alguna era algo que nunca en su vida se hubiera imaginado. Los tres se encontraban junto a la mujer que se encontraba totalmente dormida, con sueros incrustados en sus muñecas y la maquina mostrando los signos de su corazón.--Esto es un claro caso de enevenamiento.--Habló el hombre, observando los informes de todos los estudios que le hicieron--Aconito.---¿Estas seguro?--Preguntó Abdel, entrando desde la puerta.--Le dare un breve resumen. El aconito es una planta perenne, venenosa, del orden de las Ranuncolacee, aquella que a veces se la confunde con el rábano silvestre. Aplicado sobre la piel, paraliza lasfibras sensitivas de los nervios y determina una anestesia local..pero en grandes cantidades, y una mujer embarazada...provoca irregularidad en la sunción cardíaca y deprime el centro respiratorio, llegando a provocar la muerte por asfixia. Ella sufrio leves dosis durante un tiempo prolongado, tal vez en las comidas, así como las veces e
Leer más
Capítulo doscientos sesenta y nueve
Aquel minúsculo recuerdo casi perdido en el océano catastrófico de lo que era su mente apareció delante de ella, era tan simple y maravilloso por igual, algo casi irreal. El agua recorría con suavidad sus dedos, dejando que sus componentes salados rasparan su piel y limpiaban las impurezas que naturalmente tenía; las plantas de sus pies se hundían en la arena húmeda que poco a poco el mar turbio se encargaba de tomar granito por granito arrastrando ese conjunto de piedras centenarias reducidas a arena devuelta al mar. Su cabellera azabache, tan brillante y luminoso como si las mismísimas estrellas esparcidas por el cielo que conocemos estuvieran alumbrando su melena con el deseo necesitado de ser observadas por aquellas miradas recelosas, se movían a compás del baile que el viento hacía, dejando que cada minúscula hebra de su pelo siguiera un agitado camino distinto a las demás, pero a una misma dirección. Sus enormes orbes verdosos observaban con discreta diversión como dos jóvenes d
Leer más