Había tenido que esperar afuera, el doctor yenia una clínica detrás de su casa, cortesía de él mismo, que suerte que había tomado esa decisión por que ahora mismo su alma gemela estaba siendo atendida de manera rápida por el, solo esperaba que todo aquello pasara rápidamente para poder tenerla en sus brazos. Lamentablemente las horas pasaban, y el agudizado su oído para poder escuchar lo que pasaba adentro, pero el cuerpo insonorizado hacia que el no pudiera escuchar ni la más remota cosa, algo que lo fastidiaba de sobremanera, quería entrar tomar al médico del cuello de la camisa, y obligarle a que le diga que le estaba pasando a su esposa, tenía los pelos de punta. Luego de una hora más, con cansancio el doctor salió de la sala insonorizada, con una pequeña mueca en su rostro, se dirigió al alpha buscando las palabras correctas para que el escuchara lo que tenía para decirle. —Ocurrió algo con su placenta, se desprendió de su cuello uterino, por eso el malestar y dolor. Descubrí
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